Thursday, December 28, 2006

Osea... que todo se acabó.

A mi hermano el otro día le dio hambre en la noche. Bajó y se sirvió un plato violentamente repleto de papas con mayonesa. Cuando subió a su pieza comenzó a comer mientras veía tele. Lo más extraño fue que sólo comió un par de papas y ya no quiso más. Él lo iba a dejar en el suelo, pero la Claudinga se lo quitó y le dijo que ella mejor lo dejaba en el piso, a su lado de la cama. Y así lo hizo.

-------------------------------------------------------------

Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
Radiohead – Fake Plastic Trees

Últimamente la gente tiene fondo. Últimamente la gente tiene límites grotescos. Alguien aparece un día, te sonríe y se moja los labios, puede mantener una conversación de horas contigo, te gusta, te llama la atención, te seduce como si fuera un comercial de coca cola, te calienta, te parece interesante, te confunde, te debilita, te chupa todo el tiempo de tu miserable vida. Pero de pronto, sin que nadie se lo espere, viene la nada. La persona muestra su vanalidad, su risa ridícula, su egolatría repugnante, sus pocas ganas de leer, sus constantes prejuicios, sus faltas de ortografía, su falta de paciencia, su incapacidad de ser sociable, su normalidad, sus mentiras, su aparente “profundidad” donde en realidad sólo hay malos grupos musicales y discursos emotivos sacados de las canciones de Britney Spears. La normalidad te va matando, que la persona no esté construida de detalles, que lea lo que todo el mundo lee, que coma como todos comen, que se vista como todos se visten, que piense como tantas otras personas que se han sentado en nuestro living a comentar SQP. Ya nadie quiere salvar al mundo, nadie sorprende a nadie, nadie se atreve a decir la verdad. Nadie hace nada que sea digno de contárselo a la Clau.

La normalidad te va matando y yo me voy muriendo de pena entre la normalidad de tus brazos.

Nadie. Nadie vuelve del norte. Nadie. Nadie vuelve del sur.

Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
The White Stripes – Dead Leaves And The Dirty Ground

Yo no conozco el sur. Él se corre el pelo de los ojos para ver mejor, se pone un chaleco para que no le de frío y escucha algún grupo rockero para pasar el tiempo. Él no viene a Santiago y parece un personaje de cuento. Él es un punky sureño que no tiene padre, que espera que todos los demás se sienten antes de empezar a comer. Para verlo, para saludarlo de beso, para oler su olor a alcohol, para escucharlo cantar con su pésima voz, para encontrarme por sorpresa con su horrible ortografía, para verlo y sentir que es el punky sureño sin padre más hermoso que he visto en mi vida, tengo que ir a comprar algún pasaje que me lleve al sur, bajarme en su casa y tocar su puerta. Sentir frío en alguna parte de la región de los lagos, ponerme un chaleco y pintarme los labios rojos para que combinen con la sangre de sus rodillas que se ven a través de su pantalón roto. Le preguntaré si me puedo quedar en su casa algunos años de mi vida, porque quiero olvidarme de la normalidad y los malos recuerdos que fermenta Santiago. Él se correrá el pelo de los ojos para ver mejor, me dará una taza de leche con chocolate caliente, y me abrazará indebidamente porque seré lo más anormal que él habrá visto en su corta y punky vida que, recién y de a poco, se está poniendo de acuerdo con la mía.

Pero ahora estoy en Santiago. Y yo no conozco el sur.

No conozco muchas cosas, y entre ellas, tampoco conozco el norte.

Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
Nino Bravo - Mi Gran Amor

Si pudiera recordar algo de ti.
La primera vez que noté tu presencia estaba sentada en el suelo, levanté mi mirada y me encontré con la tuya que estaba perturbadoramente fija en mí. Me preguntaste si conocía a algunos de los dramaturgos que salían escritos en la hoja. Yo te respondí que a casi ninguno. Te reíste. Me dijiste que tú tampoco conocías a muchos. Nos reímos.

Si tuviera que contar algo de ti.
El niño que me gustaba después de mucho tiempo sin que un niño me gustara. Un niño del norte que se vestía pésimo y que cantaba peor, que me pagaba la entrada al teatro y me abrazaba en la mitad de la obra y luego llamaba a mi casa para ver como había llegado. Un niño raquítico y de grandes ojos claros que olía pésimo después de un par de días sin bañarse, que tenía un nombre horrible que no quiero pronunciar, que cantaba a Nino Bravo en las salas de clase como si yo no estuviera ahí, que me abandonó tantas veces en un solo año. Un niño del norte que comencé a odiar cuando me intentaba besar en las esquinas y luego no me saludaba, que comenzó a juntarse con las perras en celo de mi curso, que me dijo un día en el casino que nunca trabajaría conmigo porque era muy floja, que me dijo que mi ironía lo tenía aburrido. Aburrido. Un efebo nortino detestable que me decepcionó de la gente como él y como yo. Porque al final todo era un gran montaje, y yo no era como él y él no era como yo. Y perdí toda mi esperanza en la gente de regiones. Me concentré en la gente Satiaguina. Y me olvidé de él. Me olvidé de sus buenos modales y de que si se tuviera que cambiar el nombre se pondría Martín. Hasta que un día martes alguien de Santiago me rompió el corazón, no sin antes comérselo y vomitarlo, darle la mitad a los perros y luego hacer fritos con lo que quedaba y echarlos en panes con palta para ir a dárselo a los pobres para así caerle bien al Padre Hurtado (Que lo canonizaron). Y ese día llegué envenenada y atropellada a clase de voz. Teníamos que recitarnos una canción. Antes de que me diera cuenta él estaba frente a mí, como si no nos hubiéramos visto en meses. Lo miré, ni siquiera escuché lo que me estaba diciendo. Noté que no era el mismo chico que a principio de año había encontrado parecido al hermano de la Carlita (Jhon). Le dije que al final había tenido razón en todas las maldiciones que me había tirado un día en clases de actuación. Nos separamos. Nunca me preguntó nada, como si hubiera sabido de lo que yo estaba hablando. Me cayó bien. Después de todo, se seguía llamando igual y le seguían sudando las manos igual que a mi.
Me eres tan extrañamente familiar, como una cucaracha que camina en medio de mi plato de comida, eres como un sicópata americano esquizofrénico que tiene nombre de monito animado homosexual. Él es tan serio y yo parezco una mosca que vuela a su alrededor haciéndole todo tipo de preguntas intrascendentes y que él contesta sin ganas sólo para darme en el gusto. Que como se llama su mamá, que como se llama su papá, que por qué se llama así y que si él cree que yo soy inteligente. Él tiene sonido de playa y huele a menta. Su olor a menta me llena los pulmones cuando se me acerca. A veces sueño que me atropella un gran camión rojo y yo quedo tendida debajo. No puedo respirar y entonces aparece él con su olor a menta. Me hace un agujero en la garganta con un cuchillo y yo sangro mucho, él succiona mi sangre con una bombilla para tomar bebida y luego la escupe en el suelo. Su cara está borrosa, pero yo creo que es él, porque él huele a menta cuando yo no puedo respirar.

La última vez que te vi tenías el pelo más corto y los ojos un poco más amarillos. Estabas en una esquina, tal vez peleando con tu pequeña polola, con una polera negra y apoyado en la pared. Te vi de lejos. Te despediste de mí con la mano, no recuerdo si con la derecha o con la izquierda, y yo te sonreí falsamente. Preparadamente.

Si alguna vez usted va caminando por la segunda región y se topa con él, pídale que le haga sonar los huesitos de la espalda. Es fácil reconocerlo, yo nunca había visto a nadie como él. Es tan placenteramente anormal, que le darán ganas de subirse a una nube a pelar millones de cebollas para llorar tanto que llovería, y él se pondría feliz.



-----------------------------------------------------------------------
















En la noche, la Claudia dio vuelta a la niña y la Chiquitinga se cayó de la cama. Se habría pegado en toda la nuca contra el suelo, pero el plato con la gran montaña de ensalada de papas con mayonesa amortiguó la caída, y la Esperanza pegó un grito. Cuando la vieron tenía la cabeza llena de mayonesa y ni siquiera lloró.

Porque los caminos de Dios son misteriosos y absurdos.

Saturday, December 23, 2006

"Esto NO Es Un Fotolog"

Para Leo...



Una fotografía es un placebo.
Una fotografía no existe.


Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us


En el año 2006 decidí que algún día una mujer se caería por entre mis piernas. Caería bañada en sangre y me miraría a los ojos. Yo le preguntaré algo. Y ella me responderá: Cordelia. Cordelia. Cordelia. Lo dirá tres veces, aunque a nadie le guste.

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Cuando no sé cómo contarlo.
Cuando no sé como contarte todo esto.
Un vómito de muertes.
Cordelia. Te apuesto a que no te acuerdas.
Te apuesto a que ni siquiera lo sabes...

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Y cuando se baje del auto, cuando tenga la vejiga hinchada de tanto aguantarse, cuando se baje a mear en el primer árbol que encuentre en medio del sur, cuando se baje rápido y me de la espalda, entonces podré mirarle su polera a rayas y su pelo un poco largo y un poco deshecho. Y yo le hablaré en voz baja. Es que tu fuga, tu fuga me espanta. Y él sonreirá y seguirá manejando su auto celeste. Yo miraré la ventana, y mientras todo el paisaje se va volviendo más y más triste, pensaré que la fuga que tanto me espanta él no la sabe tocar en el piano, y que nunca sabrás que es tu fuga. Tu fuga la que me espanta y la que me deja perpleja. Me gustaría contárselo, pero él tendría más fuerza y me dislocaría la mandíbula de un beso, y yo ya no podría decir nada. Sólo que me gusta más que la coca cola y que si me pudiera cambiar el nombre me pondría Cordelia.
Cordelia, como la niña de la película.

Tuesday, December 19, 2006

Iniciado El Alba

Y con el mismo placer con que uno tiene un orgasmo terminé todos mis exámenes. Oficial e indignamente pasé a segundo. Ayer, antes de entrar al escenario a mostrar mi trabajo que probablemente hacía que Sarah Kane se revolcara en su inglesa tumba, decidí que con esto se acababan muchas cosas. Se acabaron mis exámenes mal paridos de primer año, mi impuntualidad asquerosa, mi falta de energía, mi pena terrorista por mis desamores, mi teatral capacidad de demostrarle que quiero a la gente que verdaderamente no quiero, mis ganas de luchar por cadáveres que flotan en el río Mapocho. Se acabó mi maldita buena memoria que siempre me recuerda que todo tiempo pasado fue mejor. La mejor síntesis de mis problemas es que tengo miedo de todo. Si bien con Carla Lobos perdí mi miedo a quebrarme al hacer la invertida, creo que la cosa va por otro lado, y que el miedo no viene de ahí. Mi miedo viene de lo más puro de mi inconciente. Y que miedo, se acabaron mis clases con Claudio Marín. Antes de irme y con una gran nostalgia de que no sepa quien soy, le entrego en un papel escrito mi blog para que lea lo que escribí sobre él y nuestro viaje en metro. Así que si estás leyendo esto: Hola Claudio, qué tal te va. La María Carolina se deprimió y yo la tuve que sacar de esa universidad comunista que sólo nos traía recuerdos negativos y un olor a mediocridad que no podíamos soportar. Sentimos lo mismo y nos revolcamos en el mismo grupo celulíticamente superficial y traicionero. Caminamos hacia República y ahí almorzamos en el Mc’Donalds mientras conversamos de todo tipo de estupideces. Luego nos vamos a la casa de la Florencia. Camino a su casa nos perdemos y nos compramos dos cubos a 50 pesos cada uno de pulpa de frutilla real. Es-pec-ta-cu-lar. Quedamos locas. Al llegar allá lo primero que hago es cambiarme de ropa y tirarme a la piscina. Lo mejor que la Florencia podría tener. Me baño toda la tarde abusando de su casa y su tono social más elevado que el mío, me siento como una sanguijuela en territorio enemigo. En medio de todo llega Claudio Marín. Todas gritan. Yo miro de reojo. Cantamos toda la tarde efusivamente con la María Carolina, el Eder y la Lechuga. Los demás conversan agrandados al fondo. Nos reímos mientras cantamos a los chicos de la calle de atrás y las canciones de los monitos japoneses. Somos unos pendejos. Luego me salgo y la pendejería se hace humo (o tal vez aumenta el triple). Me fumo un pito con la Romy y su pololo el Ángel. La Romy está muy volada y a todo hocico y de la nada, grita: “A la Carlita se le murió su hermano de cáncer al cerebro”. Como contándoles a todos un cuento. Todos me miran. Yo me empiezo a cagar de la risa porque nadie más que la Romy habría tirado un comentario así con un tono tan light como si estuviéramos hablando del clima. Y me río. Y me mareo y sin darme cuenta de repente estoy hablando con Claudio Marín de la Iracema. Siento los ojos imbéciles, insolados y cansados. La María Carolina se compra un Mango Sour y se emborracha antes de abrirlo. Mi tono muscular es completamente una paja. Nos vamos y me vengo en metro a mi casa. Siento que quiero escribir algo sobre el final. Estoy volada y un poco borracha. No hay nadie en mi casa cuando llego. Entro y mi árbol de pascua brilla en mi living vacío. Siento que llueve pero creo que es parte de mi imaginación. En mi computador suena una canción que me recuerda a agosto lloviendo. Mi pieza oscura con la cama puesta como estaba antes. La radio de mi mamá sonando con esta misma canción de fondo.

Puedo ver aquello que no pensé
y así de haber pensado en aquél con las uvas bajo el sol y el temor y el agua de la piel
y aquí se esconde el beso sin memoria luna del alba como el beso Ligustros húmedos y el pueblo que amanece sin gemir.

Un olor a muerte inunda mi casa. Corro hacia mi pieza, y ahí, frente a mi y con la mitad de la piel colgando, me encuentro un cadáver debajo de mi cama que me mira con demasiada vida en sus ojos color café. No me atrevo a prender la luz. Saco al muerto/a. Me lo subo al hombro y salgo corriendo de mi casa antes de que llegue mi mamá y me rete. Camino y camino hasta llegar a Andrés Bello con Pedro de Valdivia. Me paro en el puente que da al cerro. Beso al cadáver en sus labios deshechos. Tres gusanos infectados de sangre entran a mi boca. Los escupo. Lanzo al cadáver río abajo. Rezo tres padre nuestro para que no reviva. Reviento los tres gusanos. El muerto/a me mira mientras flota entre medio de la mierda, me cierra el ojo y me grita que nunca se va a morir. Yo saco una pistola rosada con la figura de Shera al costado izquierdo y, no sin antes sonreírle y tirarle un beso de amiga, le vuelo los sesos más inteligentes que he conocido en mi vida. Y tiro la pistola para que nadie me meta presa. Antes de salir del puente me parece que alguien me llama. Tengo miedo y nadie flota en el río. Y corro hacia mi casa. No hay nadie en mi casa cuando llego. Entro y mi árbol de pascua brilla en mi living vacío. Siento que llueve pero creo que es parte de mi imaginación. En mi computador suena una canción que me recuerda a agosto lloviendo. Mi pieza oscura con la cama puesta como estaba antes. La radio de mi mamá sonando con esta misma canción de fondo. Un olor a muerte inunda mi casa…


Y hoy desperté adolorida. Me lesioné la espalda cuando me pegué en la silla mientras hacía la invertida y trataba de pasar para el otro lado. El dolor no se me pasa y va en aumento. El Michael le fracturó la mano a la Florencia. Luego fuimos al teatro. Él sólo es el weón que empuja la mampara y le rompe las manos a las personas. Dice. Yo quiero cambiar. Yo me siento bien. Soy una chica libre en la carretera y no cierro los ojos mientras voy viajando. Soy feliz y todo me causa alegría. No sé qué me pasa pero me siento joven, bajo un sol de verano que no es más que eso, un sol de verano que me hace sentir joven. Quiero salir de todo esto, de todos mis miedos repugnantes, de mis fracasos, de mi mediocridad, de mi creatividad sepultada, de mi negatividad. Quiero salir a la calle y caminar feliz como si estuviera de vacaciones. Quiero que estés en alguna calle que no haya visitado nunca, y estés ahí parado al lado de un semáforo, listo para hacerme una traqueotomía en caso de que me ahogue con tu olor a novedad, y así, de larga vista a larga vista, me sonrías y me cantes con tu pésima voz.



Porque los finales siempre me manosean donde no quiero que me toquen.


Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Image Hosted by ImageShack.us

Friday, December 15, 2006

Puñalada

Pablo Shwarz es el actor principal de Cachimba.


Casi las 9 de la noche. Mi living está oscuro, solo brilla la pantalla del computador que me muestra una foto roja de yo con la roja. Mi pelo chorrea agua helada por el piso y por mi espalda. Suena de fondo “Was” de Vincent Gallo. Pienso. Si Ofelia no me cayera tan mal probablemente me creería ella. Suena el timbre, y como en uno de esos sueños poco creíbles entras tú con un polerón que no conozco y que me da risa. Mi casa está oscura. La música sigue sonando como si esto fuera una escena y necesitáramos una atmósfera. Te miro. Necesitaba verte antes de que fuera demasiado tarde. Me miras. Nadie lleva maquillaje. Yo tengo pintados los labios rojos desde la tarde. Mi pelo chorrea agua helada por el piso y por mi espalda. Estoy nerviosa como tantas otras veces. Suena la canción “Honey Bunny” de Vincent Gallo. Yo no hablo mucho. Me preguntas que por qué pongo así la mano en la mesa. No lo sé. No sé nada de lo que estoy haciendo. Me quiero fumar un pito para que nos riamos de todo. Para no tener que hablar demasiado en serio. Para que hablemos de verdad. Te enojas. Te da rabia que esté imbécil y me olvide de lo que estoy diciendo. Me pregunto como habría sido esta tarde sin haber fumado nada. Mi pieza oscura. Yo sentada en mi cama tiritando aún más de lo que tiritaba hoy. Tú en la pared mirándome. Pensando que tal vez nunca más volverás a estar ahí, que esa imagen de mí en la cama con el pelo mojado y un nuevo corte de pelo, mis pantalones nuevos y mi falda que transformé en polera y que parece pared de motel barato será lo único palpable que te quede de mi. Un celular interrumpe esta noche de viernes 15. Pregunto. Respondes. Esto parece un sueño porque ya no sé que hace aquí. Es como si se hubiera escapado de su tumba en el patio 29. Todo esto es triste, es una visión patética y lúgubre de lo que nos espera, una canción que no logro cantar, un mail que no me atrevo a mandar, todo lo que nunca te pude decir y que hoy que ya no estás se me clava en la entrepierna como una violación que no puedo olvidar. Me levanto de mi cama. Camino hacia el closet y saco una bolsa dorada, en ella meto un regalo de navidad muy anticipado, una botella de mi perfume vacía y un regalo verde que se cayó de mi árbol de pascua y que mordió la Esperanza. En mi muñeca derecha me amarro la nariz de clown que Pancho Krebs nos hizo comprar a principio de año cuando nos hacía jugar Mr Hit. No sé por qué hago esto. En honor a la María Carolina. En honor al Príncipe Tartaglia que no se podía reír. En honor a Paglacci y a Garrik, en honor a este momento que es un chiste de mal gusto. En honor a que te miro y pareces uno de esos payasos de las micros que siempre están tristes. Un tony. Me siento en la cama y te miro en medio de este estado que no me deja verte con claridad. Te digo que nunca más te quiero volver a ver en mi vida. Te entrego la bolsa dorada porque el próximo domingo será navidad. Tú silbas una barata canción de Miranda que en ti no suena barata. Todo contigo es una obra de teatro. Suena de fondo la música de “Se Arrienda”. Me dices que ya no te miro como antes, que ya no te trato como antes. Tal vez tienes razón. Tal vez no sé qué mierda me está pasando. Tú te vas y no vuelves. Te echo y aunque no quiero que te vayas, luego de dudar muchas veces, dejo que te vayas y no miro para atrás. No es tan dramático si uno no piensa y solo lo hace, como depilarse con cera. Vos no me dejaste nena, tampoco yo a vos. El pescado suena rabioso dentro de esta pieza de niña que tú me ayudaste a remodelar. Mi cama sigue al lado de la ventana como antes cuando te sentía llegar en las noches a acostarte al lado mío en cucharita culiá. Creo que esto debe parar. Porque yo no soy esa. Porque te desdibujas de mi vida como si fuera posible. Porque debes parar como mis ataques de pánico. No sé si te das cuenta. Te miro en la calle, a los ojos, a punto de llorar, con una sonrisa que me llena la cara. Porque yo casi nunca extraño a nadie, pero tu ausencia es dolorosa como el parto del hijo que nunca tendremos. Y te dejo ir entre medio del humo de marihuana que mi mamá me prohíbe, y te entrego como si fueras un regalo, como si la otra persona se mereciera mi desliz de bondad. Necesitaba verte antes de que fuera demasiado tarde. Ya no es tiempo para ti ni para mi. Hoy supe que mi vida cambiaría cuando en la mañana el metro paró en la estación Santa Isabel y alguien grita fuerte: “¡Pablo Shwarz!”. Yo, que iba sentada en el suelo leyendo el The Clinic miré hacia arriba y en la puerta del bagón veo a Pablo Shwarz que acaba de gritar su propio nombre y está frente a mi, mirándome. Lo veo. Él mira hacia otro lado y ya no vuelve a mirar más. Yo me bajo en Baquedano y él sigue hacia Bellas Artes. Lleva zapatillas rojas, una polera roja, una mochila negra y no está usando calcetines. Y tal vez este verano me vaya a Cartagena a ver a Larco y un grupo de hormigas asesinas salgan del Mapocho y se coman a todas las personas de Santiago menos a mi. Tú serás la primera persona en morir. Que no se te olvide cuando fuimos a ver a Francesca al club de Jazz. Que no se te olviden tantas cosas. Que no se te olvide que eres lo peor que me ha pasado en la vida. Que no se te olvide que te maldigo como yegua y que te quiero más que al pato Donald y a su hijo. No te olvides que tengo miedo de morirme y que toso siempre que me pongo nerviosa.

Pablo Shawrz.

Esto se acabó porque hoy lo decidí y tú sólo asentiste en silencio frente a mí. Esta noche de viernes 15 de diciembre. Porque en estos dos años contigo se murió el papa, Gladis Marín y Pinochet. Ya nada puede pasar, estamos pasadas de moda cariño. Nos veremos por ahí algún día caminando por Tobalaba.

Pablo Shwarz.


Todo lo que pase de ahora en adelante será parte de la ficción que me tengo que inventar.

“Was”

Te bailaría sin las luces prendidas. Cerca y con olor a Happy. Con el pelo mojado. Con el pelo cortado. Te bailaría si fuera posible y yo supiera bailar. Si no fuera una nena boba y te pudiera besar como si fuera 11 de septiembre.

CADA PALABROTA SOY YO.

Volví a Venecia donde me llevaste. Pasé bajo los puentes y vi como atardecía naranja sobre los canales. Te mandé la postal. No la de los gitanos .La que decía que volvía a la azotea del norte. No pude manchar las aguas. Mi cuerpo era muy feo para flotar en ellas. Te demoraste en llegar.

Todo esto es una estupidez.
Una parodia de lo que podría llegar a pasar.
Yo ya estoy bien.
Lo más loco de todo…
Se me olvidó contarte que a la Feña se le quemó la casa y ya no tiene una.
Se me olvidó mostrarte el video que grabó Boris y que me regaló.
Se te olvidaron mis historias de cronopios y de famas.
Se me olvidaba que eres lo mejor que me ha pasado en la vida.


PUÑALADA

Señor juez, confieso que yo lo maté. Ya no tenía corazón. Créame que le hice un favor.

Le di veneno para ratones.
Le dije yanomecalientas.
Me dejé una guagua.
Le cobré hasta el último peso.
Le dije la verdad.
Lo empujé del primer piso.
Le dije mecargatualiento.
Me tiré al metro.
Me fui en la volá.
Le pegué el SIDA.
NO LA VI MÁS.
LE SOLTÉ LA MANO.
Caí en la peni.
Me fui de la casa.
Engordé.
Le regalé un auto.
Lo eché de la pega.
Me corté las venas.
Perdí una teta.
No me bañé por una semana.
Me fui a vivir con él.
Le dí la pasá.
Me casé.
No se me paró.
Me gasté la plata.
Me curé como chancho.
Me hice Santo.
LE DIJE TEAMO



-------------------------------



El Pablo es un imbécil, el Mario un normal y el Camilo una niñita lesbiana.
Una estupidez como esto.
http://www.youtube.com/watch?v=UiMz10s3-0w


http://www.youtube.com/watch?v=_JHiPN-Zz8c


http://www.youtube.com/watch?v=Mm_bhTCy3HI

Wednesday, December 13, 2006

Corazón y Zapatillas rojas

Y hoy me atreví. Nada menos que en la mesa que se encontraba en la mitad del casino le confesé mi amor a Rodrigo Vergara, mi profesor de arte. Frente a su cabeza calva y sus ojos azules, al lado de sus lentes oscuros y sentada al lado de sus carísimos jeans de marca, le comenté tímidamente que estaba enamorada de él. Él bajó la mirada perturbadamente y desde su vista fija en los promedios finales del curso me dijo: "¿Y usted como va a estar enamorada de mi si ni quiera me conoce?". Yo sonreí, levanté los hombros y sólo le dije que no sabía como, pero que lo amaba. Se quedó callado. Siguió escribiendo sin mirarme más. Me desepcionó un poco su reacción. Me levanté y ante su retraída forma de tomar mi noticia, me fui corriendo con el Elvis a ver "algo más interesante" (If you know what i mean). Pero quedé pensando. Es obvio que no estoy enamorada realmente de mi profesor, pero muchas veces pensé que enamorarse de alguien así debe ser coolísimo. No sé en realidad por qué uno se enamora de quien se enamora. Comencé a invocar a mis distintos amores de todos los tiempos, que han sido miles. Los grandes ojos verdes del Rodolfo en mi primer día de colegio que lloraban porque sus papás se iban, el gran parecido del Raúl con el Principito, la voz gangosa de Nick Carter, el notable parecido del Elías con Gustavo Ceratti, los ojos azules del Marcos, el cuello perfecto de Gonzalo, el olor y los besos indiscutiblemente perfectos de... (cri cri). Hoy día quiero enamorarme de alguien. De alguien con estilo, de alguien que toque algún instrumento, que no se crea la muerte, que me haga reír, que me quiera y que me lo diga. ¿Por qué enamorarse de alguien malo que me abandone? ¿Por qué enamorarse de alguien que no me quiere? Ponerse cerca para verme es suficiente para mi. Porque alguien que era invisible hoy está siempre y todos los días. Bueno, ahora veremos como lo solucionamos. O mejor dicho, como lo soluciono. Aclararé las dudas: NO, no estoy obsecionada, ni enamorada ni lésbicamente atraída hacia la María Carolina. Es sólo ultra coolísima porque aparece siempre que estoy hablando de ella. Y me llama ramera cada vez que me enamoro de alguien nuevo. No sé que me pasa, esto de que venga el verano y de que empiece un año nuevo me pone contenta. Tengo ganas de escribir miles de textos y de dejar a mis miles de "casi enamorados" para enamorarme de una sola persona. Como antes. Para que alguien me abrace mientras vemos "Chañarcillo".


Pero no he conocido a nadie como tú.


En la tarde, luego de mi episodio amoroso en el casino me fui al patio. Estuve ahí un rato, y cuando vi que venía Rodrigo a decir los promedios salí arrancando y pasé por su lado sin siquiera mirarlo. Entré al baño. Envenada con mi curso. Salgo y choco con él. Me mira y me toma suavemente del brazo. Me lleva a un rincón (Rincón= la negación del universo). Yo nerviosa y enamorada again. Me dice que le explique qué pasa. Le repito que estoy enamorada de él. Me pregunta si es en serio. Su voz ha cambiado, ahora habla como galán de teleserie. Me mira con sus ojos azules (que me intimidan dos niveles pasionales más bajos que los de Claudio Marín). Le digo que no es que esté obsesionada y tenga miles de posters de él pegados en mi pieza. Se ríe. Le digo que lo que más me gusta de él es que es el tipo más inteligente que he visto en mucho tiempo y que tiene puntos de vista que me dejan a-no-na-da-da. Me mira coquetón con su aire de cuico que mágicamente no me molesta. Me dice que para él es un honor que yo piense eso de él. Yo me habría lanzado con toda mi humanidad sobre él porque lo encuentro mi galán. Soy una chica tan fácil. Me pongo nerviosa y estúpida, le digo que gracias y me despido. Él me abraza contra su cuerpo de artista plástico que partirá a Nueva York el próximo año. Yo lo abrazo porque no soy weona. Y me besa efusivamente en la mejilla. Vuelvo y todos se ríen de mi y me dicen que estoy cagada de la cabeza porque ando regalando mis confesiones de amor. Me ando ofreciendo como la Naty Rodriguez. Se equivocan, no soy una ramera, soy una idealista. Quedé feliz. Cuando Hoffman's House sea un teatro y él me llame tal vez contraigamos vínculos nupciales.




Claro, esto es una joda y no sé lo que me pasa.
Si alguien sabe, que me diga.

Monday, December 11, 2006

Una Mala Invitación Hacia Abajo

Y antes de ayer soñé que estaba embarazada y feliz. Y desperté y almorcé en el centro. Y en la tarde murió Pinochet. Y para celebrar me corté el pelo y me depilé hasta la médula. Y dormí en mi casa y me tomé dos pastillas para la alergia. Y soñé que estaba hablando por teléfono con… y que le decía que me iba a suicidar porque no me estaba escuchando y partía corriendo a mi casa. Entonces llegaba… y me decía que había venido a salvarme al más puro estilo de lo que fue. Y yo escuchaba por teléfono y en su casa estaba… Y la había dejado por salvarme a mi. Y sonó la tele en volumen 30 y me despertó. Y hoy salí atrasada y no tomé desayuno. Y camino hacia el metro me encontré con un perro café atropellado en medio de Américo Vespucio. Reventado. Y llegué atrasada y caminé como enferma a todo el sol. Y me encontré mágicamente con la Mary Bunster que corrió hacia mi. Y estuve en la casa okupas de República todo el día. Y caminé y caminé y en la tarde mientras hacíamos los preparativos para el examen pensaba que mi grupo era lo máximo. Y las niñas me invitaban a fumarnos el pito que yo tenía en mi mochila. Fumémoslo, fumémoslo. Ya po Carlota. Y el trabajo de la María Carolina fue en un baño. Lo cerraron con una cosa negra que lo tapaba entero. Y esa cosa negra tenía tres rectángulos por los que se podía mirar. Por el de arriba se veía una foto del mismo baño, en el cual había una niñita pequeña tratando de mirar por la ventana. En el rectángulo del medio había una niña (Oh, quien habrá sido?) desnuda al lado del water, y de éste último salían volando puros huesos. Y en el rectángulo de abajo, cuando uno miraba, veía tenebrosamente a una niña de carne y hueso que te estaba mirando a los ojos, que estaba en el baño de verdad y que era igual a la niña que salía de debajo de la cama en el Sexto Sentido. Y temí por mi vida. Y me asusté. Y lo disfruté. Y me creí la muerte por ser amiga de la María Carolina. Y mi trabajo no resultó. Todo se nos fue de las manos y ninguna gota se vio. Abajo podríamos haber puesto cualquier cosa. Algo que dijera: Rodrigo, te amo desde el primer piso. Mátate. Tírate. Eder! Salta!. Por favor suicídate. Abajo. Ven. Come here. Suelo. Piso. Nuestro trabajo apesta. Pico pal que lee. www.fotolog.com/lapoeticadelpelao y ahí subir una foto tomada desde abajo de alguien que estuviera mirando desde arriba. Tantas cosas. Tantas cosas. Y se acabó todo y todos me invitan a tomar cerveza pero yo enojada digo que no. Porque no salieron las gotas, porque tengo hambre, porque tengo insolación, porque mi odio hacia mi grupo es mucho más potente que mis ganas de compartir con mi profesor que he amado por su amplia inteligencia y estilo y su Hoffman’s House. Y nunca más lo veré y nunca jamás le confesé mi amor. Viajaré a Nueva York. Le diré: Rodrigo, no me importa tu calvicie ni tus lentes de sol marcados cuicamente en tu piel. No me importa que te parezcas a los bebés de Ciudad Bebé ni que hayas estudiado en la Finis Terra, te declaro mi amor que chorrea idolatría. I am the bitch between the teachers. Pero me fui enojada y nunca dije nada. Michael me pregunta si me voy con él. Si. Cambiodeenergíaeneltiempo. Va todo el camino riéndose de mi trabajo. Pico con la Picole. No se va en metro. Me acompaña. Me canta todo el camino “Quiéreme Tal Como Soy” pero cambiándole la letra. Me río. Me río. Llegamos a la universidad. Dejo los focos. Entro al baño. La escuela está casi vacía. Me miro al espejo. Literalmente me bañó con agua del lavamanos. Me cambio de polera. Me pongo el chaleco Zara de la Claudinga que me hace ver flaca. Mis pantalones nuevos. Mi corte de pelo que sólo yo noto me mira en el espejo. Me gusto, aunque nunca tanto como para abusar de mi misma. Camino hacia el casino. Quiero que alguien me encuentre guapa. Busco, como siempre busco últimamente sin disimular por el casino. Nadie. No está. Me compro una coca cola para celebrar que terminé el ramo. Atrás mío se pone un niño con el que siempre nos miramos. Es muy guapo pero tiene novia y es una basura. Por la radio suena “Yo No Soy Esa” de Maritrini. Me siento bien, como en un comercial. Compro. Me doy vuelta. Me saluda y me cierra el ojo con su tono de galán. Yo lo saludo con mi chaleco Zara que me hace ver guapa, delgada, minimamente deseable. Me sonríe. Me voy. Me doy vuelta. Se da vuelta. Pienso. No todo está perdido. Sonrío. Camino hacia el metro. Me encuentro con el Eder. Lo quiero. En la calle hay dos palomas reventadas y estampadas en el piso. Recuerdo el Veraneo. Subo al metro. Camino por el Shopping. Me siento bien. Lástima. Aún está el perro café atropellado en mitad de la calle. Lástima que no me vieras hoy que chorreo estilo. Tal vez no es para tanto. Pero chorreo ego. Te chorreo a ti. Lástima. Llego a mi casa y como. Tengo sueño, veo el video que me dio Boris, lo encuentro lo máximo, ya tengo regalo para la Carito para su cumpleaños.

Eres una lástima, no?

Hoy ya sé qué hacer contigo. No dejar que te me caigas a chorros.

Tuesday, December 05, 2006

Eder, Saltemos?

"Yo aquí te espero con sushi, para darte todos los con palta. Eres lo que me va quedando, pero no la sobra"

Porque a mi me gusta el sushi. Porque yo no voy quedando, porque yo no basto, porque yo soy la sobra de la sobra de la sobra. Porque mi maldita forma de escribir no se te borró nunca de las letras. Porque la Pao me pregunta que qué me pasa mientras yo leo con la boca abierta palabras que no son para mi. Y se enoja y me corta. Y yo no quiero contarle lo que me pasa para que no sea verdad. Porque no te das cuenta de que yo te voy quedando. Porque no te das cuenta de que tengo fecha de vencimiento. Ya no visitaré más páginas de internet que me llenen la boca de vómito, porque mi nick mañana no estará en internet. Porque quiero que tú me sonrías desde el edificio de en frente y me cierres el ojo antes de que saltemos al vacío, como Donatella... Porque no encuentro solución válida para tanta mentira. Porque todo es ficción, porque todo es una obra de teatro sangrienta de la cual no puedo salir. Porque mejor me hago puta en alguna esquina del barrio Suecia y cobraré barato mientras un obrero se me sube encima con aliento a vino y me susurra al oído el nombre de alguna otra niña que es mucho más que eso, y se me correrá el rimel con tanto llanto, y me sangrará la boca cuando me la lave con una birutilla y de mi garganta solo salga tu nombre mezclado con todo el vómito que te tengo. Y de tanto enojo me quemaré frente a tu casa para que hagas chicharrones con mi carne y comas pan amasado con lo único que te va quedando pero que no es la sobra. Yo no soy sobra. Yo si que te quiero. Aunque quererte sea horrible, aunque no hablemos nunca más, aunque sólo sea capáz de pasearme en ropa interior por la casa cantando aún las penas, queriendo que me ames para mi soledad y hasta que yo te quiera, ¿qué quieres que te cante? Y escribiré en todas las paredes de mi casa cada una de tus ausencias con olores viejos y cantaré ranchera hasta que me de cáncer a la memoria. Porque si me olvidan me olvido. Y no espero nada de ti, ni un puto reggetón, ni una visita inesperada, ni una gota de lo que no puedes darme.

"Una vez alguien me dijo que si quería suicidarme tenía que pensar en el lugar más lindo en el que estuve en esta vida, luego pensar en que ya no estará ahí jamás…"

Y me suicidaré en tu nombre y no te pediré ayuda porque de un sólo estornudo habré borrado tus músculos tan bien formados que me ahorcaban y no me dejaban respirar. Y te dejaré de querer mientras el verano me funde el cráneo bajo un Santiago desgastado y nuevo que me cuelga de cabeza en la mitad de la calle. Y cuelgo y lloro como una yegua en celo. Y lloro como si fuera 14 de septiembre y me siento estúpida como me dice el Juano. Y me visto de arcángel sólo para que me mires de verdad por primera vez en tu vida, y con todo el odio que te tengo poder gritarte que te amo, que eres el cáncer maligno y venenoso que se esparce por mi cuerpo sin caderas que esbosa a una mujer. Soy una niña. Soy una pendeja. Para que veas que soy infantil, aún a veces extraño tu manera de contestar el teléfono. Y esto es para ti, la última vez que quiero nombrarte, la última vez que quiero quererte. La última vez que te diré lo que siento. Ya no te quiero. Ya se murió el teatro, la música y toda muestra de creación artística. Tú sigue escribiendo como yo, sigue viéndome a mi también en las calles, porque ahí viviré desde hoy, reventada en el asfalto de todas las calles del centro. Yo hoy encuentro un edificio de 11 pisos que sea blanco y que no me recuerde a ti. Saltaré hoy a las 4:48 para que todo mi curso de ría y yo me desangre y no haya tampax alguno que pueda sanarme. No hay nadie como yo. No hay nadie que te vaya a dar mejor regalo que el mío. No hay nadie. No hay nadie.

Ya estuve ahí una vez y no pude. Faltabas tú.

Salto heróicamente, en nombre de el melodrama, de ese edificio que le robé al Eder de sus intentos suicidas de dejar de amar equivocadamente. Tómame la mano porque lo necesito mi amor. Mírame cuando te digo esto. Hoy leí en tu horóscopo que no sería un buen día para ti y por eso estoy aquí a tu lado, con estos tacones bordeando la muerte. Tómame la mano porque ya no sé qué hacer con tanto amor que no se muere, por más que lo aplaste con todo el rencor que soy capáz de sentir. Olvídate de mis ojos cansados que ya no dicen nada. Sé mi compañero de suicidio y no te canses de mi. Estamos pasadas de moda cariño. Un botón de color verde cierra mi garganta y no me deja respirar. Tú sabes que soy hipocondríaca y que morirme me da miedo. Pero hoy me moriría feliz, siempre y cuando me sepulten en el patio, al lado del perro que tanto quería cuando niña. Cuando era niña y no sentía este sabor a sangre que hoy siento en la boca.

CADA PALABRA ROTA
CADA PALABRA ROTA
CADA PALABROTA SOY YO.
CADA PALABRA SE VE BIEN AL LADO DE LA OTRA, PERO YO AL LADO TUYO NO.

Te borro. Te elimino de msn como si fueras una foto. No me sirves. Te borro porque hoy me odias y yo no tengo nada que entregarte. Hoy no pretendo nada. Todo se me muere como un aborto mal tratado, como un pariente atropellado, como dos travestis colgando del edificio de mi amor.

Me olvido.
Te olvido.
¿Que qué tengo en la cabeza? Tengo metido todo el puto calentamiento global.

Antes de matarnos, te robo. Lo siento.

Donatella poseída por Bárbara:
Quiero meterme los trozos de ti, lentamente en el cuerpo, uno a uno, babearlos y metérmelos suave y otros fuerte, un dedo primero luego el otro, después la muñeca hasta llegar al codo, pasar por tu cadera, y succionar lentamente tus piernas, ir metiendo lentamente tu cuerpo, penetrándome entero. Rozar los ísquiones y llegar al sacro, tu sexo, llenarme saciado, hasta no tener mas saliva con que bañar los trozos, entonces comenzaré a llorar, lloraré como loca y con cada lágrima mojaré tus labios, tu pelo, tus orejas para llevar finalmente la cabeza a mi cuerpo dilatado. Miraré mis piernas sangradas y por fin seré mujer, bailaré con la sangre chorreada por entre mis muslos de hombre joven, como bruja en luna llena.

Bárbara:
Después de caminar y beberme un champaña completa en tu nombre, quiero sentirme libre y lavarme estos sueños borrosos.

Donatella en segunda posesión:
Quiero hacerte uno, juntar los pedazos de ti, quiero separarte de mí de a poco, dejar un dedo en el paradero, una boca en la silla del metro, una rodilla en la sala de cine. Eres un espejismo. Y si fuera mala suerte romperlos, yo sería la peor de todas. Tendría siete mil años de mal sexo.

Y desde lo más alto del final te miraría a los ojos con él de la mano.
(A él lo nombro porque es el personaje que más amo en escena. Porque llora cuando me ve en medio de un círculo que me hace llorar a gritos).
Y los dos, con los ojos fijos y con la traición incrustada en el vientre, te gritaremos desde lejos:


¡Callejera. Eso es lo que eres!


Luego nos iremos al cielo.
Porque él es Jesús.







Callejera. Eso es lo que eres.

Saturday, December 02, 2006

Entre Tongoy Y Los Vilos

No vayan a mi examen porque yo no tengo uno.

Y lloré y lloré y lloré, por tantas noches, caray, por tantas noches, caray, por tantas noches.

No supe que hacer. Perdí mi celular, perdí mis botas rojas. Salí de mi universidad para que los escorpiones asquerosos me pelaran con peladores de papas. Ya no me importa.

Tomé la 353 y me bajé en Nonato Coo, en la casa de la Clau. Me quedaré aquí por siempre.

Y quiero a la Clau.

Y quiero a la María Carolina.

Y quiero al Eder.

Y a la Carito.

Y a la Lechuga.

Y al Elvis.

Y pasé. Indignamente, pero pasé. En la puerta de mi pieza puse la lista de personas que asesinaré apenas me atreva. Lo que más me enferma de las mujeres es que me pelen.

No soy una chica libre en la carretera.

Que venga Daddy Yankee a arreglarme las mutilaciones que Don Francisco no puede arreglar.


Image Hosted by ImageShack.us
En Los Vilos.



--- Clau ---
Mira la wea:
www.fotolog.com/clootaa



Algo más.


Friday, December 01, 2006

La Narcolepsia Y Yo

En un día como hoy hace dos años entró mi gato por la ventana arrastrando la mitad de su cuerpo y manchando a su paso todo el piso con sangre. A la Vakaira la había atropellado un hijo de puta que se dio a la fuga. Estuvo agonizando toda la noche y luego se murió muy temprano en la mañana. En un día como hoy hace dos años, alguien que ya no está se paró en la esquina de mi pieza y me tiró un beso mientras yo temblaba de nervios en mi cama. Hoy, que es el día internacional del SIDA, he recordado a veces entre medio de los ensayos que no terminan nunca. Pero hoy ya está todo demasiado atropellado, ya todos arrastramos la mitad del cuerpo. Y también nos morimos hace muchos días muy temprano en la mañana, cuando la menstruación manchó nuestras sábanas, mientras Sui Generis sonaba de fondo y yo no te detenía mientras tú te ibas para siempre. Y tú no volviste y no te esperé. Y llegamos a hoy y aunque vivamos en la misma comuna no sé dónde estás.

Hoy, cuando comienza diciembre, las ausencias me impiden poner el árbol de pascua. Diciembre comienza cuando se acabe este día.

Porque ayer lloré como imbécil mientras iba en el metro. Lloré como idio-ta mientras caminaba en Patronato. Y cuando llegué de vuelta lloré en el baño, lloré fuerte hasta que tocaron la puerta. Lloré por un cansancio asqueroso y una preocupación repugnante que no me dejan dormir. No hay tiempo para hacer las cosas bien, no hay tiempo para putear a la Iracema, no hay tiempo para tener vestuario, no hay tiempo para nada. Ni siquiera hay tiempo para aprovechar el tiempo y hacer las cosas bien. Y me senté en la tarde mientras atardecía y me comí un choripán con toda el hambre que tenía. Y preferí callarme. Y me quedé sola. Porque así es la vida. Porque esto es la vida, un confort recién comprado, Santa Juana que golpea la puerta y me dice que todo va a salir bien, Patronato por la tarde, 24.500-03, la leve masturbación mental mientras mi compañero dice el texto, un cansancio muerto que me hace dormir en las micros, una canción que me interrumpe la tarde, un bostezo que me ahorca y me anestecia la boca, una histérica sensación de agrado cuando me sonríes, una suave verguenza cuando reconozco que te quiero.

Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us Image Hosted by ImageShack.us