Friday, January 13, 2006

¿Quien Dijo Que Estos Eran Mis Deseos?

Eleven las anclas que hay que partir. Ya es tarde, ya es tarde, me tengo que ir...

Se me pasa la noche buscando en la casa la rima perfecta, la palabra correcta para olvidarme de algo.

Porque claro, esto es más improbable que se me olvide el nombre mientras camino por una plaza.

Prometo y lloro y rezo y ruego y río y me baño y me pinto y me desnudo y me visto y te desnudo y te beso y te hablo y te amo y te dejo y no miro.

La pieza entera se saca los besos y se acumula en ella el olor infame de nuestros cuerpos entrelazados que se despiden y no se dejan.

Espera!
Espera! No te vayas que se te queda la película.
Espera! No te vayas que se te quedan las huellas digitales incrustadas en mi cuerpo.
Espera! No te vayas que ya no encuentro más pretextos para evitar que me abandones como en un programa de tarde.

Podría gritar, suicidarme como tantas otras te habrán prometido.
Mas mi promesa es más simple. Yo sólo cierro la puerta y me visto de ciega y de notas de saxo.

Te la regalo porque yo ya he hecho todo lo posible, pero así no se puede.

Llévate todo, tus corazones, tus chocolates, tus cd, tus películas, tu ropa, tus ojos, las tonteras que me hablai, tus dibujos, tus notas, tus pruebas, tus paraguas, tus canciones, tus rimas, tus risas, tus cosquillas, tus providencias, tus prudencias, tus alamedas, tus camaleones, tus rubios chistosos, tus camas bien hechas, tus zapatillas, tus familias, tus detalles, tus binilos, lo que no me diste, lo que querías darme, lo que no alcanzaste, lo que no se pudo.

Pero oye, que no se te olvide que siempre, siempre se te queda algo...

10 Años Después

Ya no me da miedo salir en la noche, y dejé de llorar con los hombres llamados Santiago. Me manejo bien en el metro, y sólo una vez al año me siento en el patio a escuchar si suena la melodía que me prometieron me vendría a buscar. Aún hay micros que no tomo sin llanto y hay calles del centro que me huelen a ti, el teatro aún me sabe a sangre quemada y soy incapaz de comer papas fritas.
Amo a alguien que no se parece a ti, y a veces me hace pensar como si nunca hubieras aparecido. Sólo entonces paso por el puente de Pedro de Valdivia y sin avisarle a nadie me pongo a llorar a gritos. Pero aprendí a llorar como tú, sin que nadie se diera cuenta.
Ya no hago de esos cariños que te hacían dormir, porque mis manos se rehusan a interactuar con algo que no sea tu piel.
Los veranos se me han hecho eternos, pero he encontrado amores que lo hacen bien.
Hasta he encontrado besos que me saben a fruta...

Yo estoy bien.
Siempre alegre.
Siempre entregando menos de lo que recibo.
Y cada día pensando menos en ti. Si tan sólo recordara tu número, tal vez te llamaría para saber como estás.

Una vez cada dos años, visito algún McDonald para llorar en sus rojos asientos. Pero ya sabes como es, me distraigo rápido y renazco luego.
Sho también dibujé tu cara en la pared.

Heridas internas con caras alegres.
Yo ya te recité todo lo que podría haberte recitado... menos Pagliacci.

Miles de besos.

Yo ahora siempre duermo en la calle.

Y no digo tu nombre porque no quiero decir en voz alta todo lo que tengo.

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