Monday, January 29, 2007

Jesus Was Wrong

Nos reponemos. Sacamos nuestros intestinos y los colgamos en la reja afuera de nuestra casa. Nos ponemos yeso, nos corcheteamos el estómago y el alma y salimos a trotar todas las mañanas para adelgazar gracias a medio litro de sudor. Nos bañamos, vemos lentamente como nuestros moretones se van borrando y las marcas de cuando nos cortamos las venas con hilo curado desaparecen sin dejas huellas. En una película alemana de bajo presupuesto que nadie vio, la protagonista intentaba desesperadamente olvidarse de la basura de persona de quien se había enamorado profundamente. Ella preparaba un plato de sopa y en ella echaba una foto hecha pedazos de el maldito maldito maldito hombre que le había roto el corazón. Ella lo olvidaba, y al día siguiente se volvía a enamorar de un sepulturero. Al final de la película todos cantaban alegremente a Edith Piaff.

Me señalaron con el dedo y me atravesaron el tórax con un hacha. Dolió. Camino a medias por veredas asquerosas llenas de vómito añejo que el tatita Dios ha preparado para mi. Nos reponemos, cantamos, escuchamos reggetón mientras pensamos que la vida apesta, que la gente es la basura del alcantarillado que no queremos oler. Que queremos pasearnos por todas las casas lanzando toallas higiénicas sucias con toda la sangre que me sale del pecho, que queremos balear cada cerebro inundado de ideas idio-tas y de corazones de ajo. Hoy quiero incinerar lo que te queda de vida y tirar tus cenizas al río mapocho. Si fuera más hardcore contrataría travestis para que los violaran a todos, para que se las violaran a todas y luego las repartieran por Santiago como a Hans Pozo. Y mi travesti favorito se llamaría Santiago. Hoy se me cae la piel a pedazos y yo rudamente me la como con leche. Hoy cocino mi corazón con papas y cebolla y te hago un bonito plato para que lo comas con ganas mientras yo me muero de hambre. Ojalá te de hepatitis, ojalá mi rabia te descomponga los genitales y estés siete meses meando gusanos. Ojalá cuando me tire de un edificio tú estés abajo para que al reventarme te caiga mi hígado en tu helado de lúcuma que te vayas comiendo. Me gustaría sentarme al lado del copiloto sin usar cinturón y morirme primero que el pelotudo que vaya manejando. Ojalá tu niña celestial mucho más dama que yo explote en celulitis y te chorree la alfombra. Ojalá leas esto mientras te sangren los ojos y yo me esté acostando con alguien que tiene algo que tú no tienes. Hoy: Maldita sea la paz y maldito sea el consuelo.


Vestiré taco alto y un vestido escotado el día en que todos se arrepientan. Me sentaré con las piernas cruzadas, usaré anillo, sabré hablar francés, me reiré femenina y mi abdomen bien trabajado se moverá con la risa, mi cara estará alegre, mi pelo brillante, mis pómulos marcados, mi cintura marcada, mis piernas perfectas y mis colmillos filosos. Seré una diva no sólo los lunes, los miércoles y los viernes, sino que toda la puta semana. Usaré ropa que nadie más usa y seré tan perfecta que querrás ahorcarme. Seré tan igual que siempre que querrás insultarme. Y tomaré a mi novio drogadicto de la mano para que me saque de ahí, andaremos en su moto y me morderá el cuello cuando lleguemos a su casa. Nuestra casa. Viviremos en Providencia y me dirá todas las noches antes de dormirnos que nunca ha conocido una mujer tan inteligente como yo. Luego pelearemos y yo lo mandaré a dormir al living. Soñaré exactamente lo que soñé anoche y llamaré al Michael para putearlo por 15 minutos por haberse ido. Escucharé a Jaco Sanchez fuerte mientras me baño y me saco 14 cremas para el pelo que me dejan igual que las modelos de la tele, esas que odio. Escribiré miles de canciones y copiaré otras tantas.
Canción: Que feliz me puse cuando de ti no supe nada más/ que feliz me puse cuando me fui con rumbo a otro lugar/ sin nada que ocultar/ mil canciones hablarán de lo fácil que es olvidar/ pero esta misma no fue tan fácil…

Mi novio entrará al baño y tendremos ahí mismo cuatro hijos que se llamarán igual. Y después el mismo novio que me amaba con cada uno de sus órganos enloquecerá una noche de octubre y me acuchillará con cada uno de los altazores que me habré ganado. De nada habrá servido el brillo de mi pelo ni las mentiras que me metieron como supositorio hace algunos años atrás. La Clau va a cuidar a todos mis hijos, y el más guapo de todos hará sufrir a su hija que será colorina y guapa como las chicas de la tele. Yo vendré del infierno para penar a todas las personas que alguna vez me hicieron llorar y les cantaré al oído canciones que lleven sus nombres. La mitad de Santiago se va a salvar. La otra mitad será devorada por hormigas gigantes que no los dejan tener relaciones sexuales. Fin de la historia. Hoy decido que así será mi vida.

Juano dijo desde Puerto Montt que él me ayudaría a sanar mi mente, pero que el problema es que él también está un poco desequilibrado. Yo le digo que no me hago problema, y que le pagaré con comida y con cigarros que le robaré a mi mamá.


Carlita En El País De Las Maravillas
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¿Tú sabías que vendría?


Me siento en mi living, hablo con la Clau, sueño con la Ale, busco a la Ale, quiero a la Clau. Sonrío aliviada mientras mi mamá me ofrece un chocolate. Pienso y siento mientras miro la luna desde la ventana. Hoy pienso que esto es una buena señal, que podemos reponernos de los partos mal paridos, que podemos alejarnos de los desalmados que no tienen nada que entregarnos, que podemos olvidar para que una noticia nos enfurezca pero no nos entristezca. La furia, la maldita rabia del ego dolido. Es sólo eso, una gota de rabia con la que bien podríamos lavar la ropa. La Clau, que tiene respuesta para todo, dice que nosotros podemos elegir nuestra vida, tomar decisiones y quitarle el novio guapo, punky y drogadicto a chicas que si valen la pena. Todos sufren, a algunos se les quema la casa, a otros se le mueren los papás, otras han visto a su mamá tirarle una bacinica con pipí a sus papás, otros tienen las peores familias y otros pasan sus vidas enteras tomando malas decisiones. Nunca es tarde para pensar que la Clau tiene razón y juntarse con ella un día martes. Si tuviera una copa con alcohol brindaría porque la Jose aún está viva y marcaría tu número para decirte de corazón que te quiero y que la distancia es tan abismante que ya ni siquiera recuerdo tu número telefónico
Amén.


Michael: No. No. No. No.




Jaco Sanchez – Mis huesos polvo sean.




Yo hoy día

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no soy sola.

Friday, January 26, 2007

Meenojoportodo

La música de la Esperanza suena fuerte en la radio mientras todos se ríen en el baño. Yo los escucho y escribo con mis pantalones ajustados abajo como los de Mark Renton. Yo tengo polera nueva de 7 lukas y el verano me lo como como si fuera un inmenso plato de plátano con yoghurt. He tenido sueños extraños toda la semana. Toda la semana. Anoche soñé que la Pao se peleaba conmigo en un supermercado y después me la encontraba borracha cerca de su casa y me vomitaba. Tal vez tengo pesadillas porque me siento una mala persona, no soy una chica feliz que hace reír a la gente, soy una persona poco sociable que hace que la Clau pelee conmigo y escriba cosas depresivas en su fotolog, yo soy la que le pide cosas inútiles, la que no es tan chistosa como la Ale. Yo soy la perra que apenas saluda y que se va sin tener ningún remordimiento, la que le responde a la Javi de todo corazón que no se arrepiente de lo que ha hecho y que no, que no la echo de menos. Soy la que miente, la que piensa que todos son unos imbéciles, la que destierra a la gente si me dan un helado en cono o si caminan muy lento. Me burlo de todos, no llamo a la Pao, no busco a la Mireya, le digo a la Naty Rubilar cosas feas, le digo a la Clau cosas feas y su novio me dice que la trato como nana, escucho,´con pocas personas hablo, a pocas personas quiero, el calor me pegotea la espalda y me carga andar en micro y que la gente trate mal a la Sole. Me gusta que la Cony esté pololeando, soy feliz porque me afirmo del papá de la Javi para que él me lleve en moto y yo pienso en soltarme para morir como una chica libre en la carretera. Soy celosa, resentida social hasta la médula, corto el teléfono, me olvido de la gente, no extraño a casi nadie, miento, no sé como decir que notequierover, me siento feliz con personas que eruptan en los autos, me creo la muerte, me creeré más la muerte cuando viva en providencia y tenga un novio de la tele, dejo a mi mamá sola viviendo en una casa esquina y no la acompaño cuando se va a operar de urgencia a la posta central. Me siento una mala hija que no paga el agua y que estudia una porquería con la que no ganaré dinero suficiente como para mantener a mis sobrinos guachos. Hoy preferiría ser una drogadicta, una golfa, una esquizofrénica, una autista, una monja enclaustrada que no sabe de nadie, que no lee los fotologs de la gente, que no tiene amigas, que no tiene citas los días miércoles como las niñas normales como yo.


Entré a un motel por primera vez el domingo pasado con una chica. Pedí el baño y la vieja gorda y sudada que atendía me lo negó. Una chica conoce a un chico y el chico le dice que por el chico no hay guagua y la chica se asusta y sale corriendo. Conocí a un chico y luego a otro y luego a otro y luego a otro hasta que mi cabeza se volvió un popurrí de sensaciones falsas. Vomité borracha en el baño de mi casa después de tanto tiempo, al mirarme en el espejo me di cuenta que mi juventud está extraviada o demasiado conmigo. No sé lo que me pasa, será que los principios de año siempre me chocan un poco y por más que coma como embarazada de Cordelia no puedo evitar bajar de peso como si tuviera la lombriz solitaria.


Un Chiste:

Ya sabemos lo que pasa
Me miré cara a cara con quien amaba
Y descubrí que olía a murciélago de Las Condes
Tenía cochayuyo en vez de pelo
y para peor picaba más fuerte que una avispa.

Decidí olvidarme cruelmente.
Porque la peor parte de todas era que en vez de corazón tenía una esponja para lavar la losa.
Y no se podía confiar en alguien así.

Decidí olvidarme cruelmente.
Y me fui a bañar a la playa de al lado.





TBC
TKG
TDG
IBB
GGG

















Hay sol! que calor! arena, mujeres, el verano llegó! Que calor! bailando la cumbia y el reggetón!
Todo el flavor: www.fotolog.com/esperanzinga

Saturday, January 20, 2007

Maldita Sea Esta Tarde De Verano

Recuerdo a mi mamá llorando un 15 de septiembre sin querer irse de la iglesia. Muchas personas, el olor a clavel, la bandera de la católica, el frío, el cielo naranjo que la Mary recuerda, el cansancio congelado, el invierno, el maldito septiembre, todas con el buzo del colegio, la Dany Arenas comiendo coyac adentro de la iglesia, la monja ladrona que nos robó las flores, los niños que no fueron, mi chaleco negro, la mamá de la Mary comprándome una Bilz, los chistes de la Ale, la señorita Nélida, el alfajor de la Clau, 3589586, la Clau persiguiéndome hasta el baño, el frío, las ruedas de auto, el dolor de cabeza, los fantasmas que hablaban, la Maca pasando por al frente, mi pena mal parida que no me cabía por los ojos, la tía Florencia cantando como ángel, mi papá con terno, mi mamá llorando un 15 de septiembre sin querer irse de la iglesia. Yo la miro desde la puerta, nadie dice nada, ella llora como en las películas, se abraza al ataúd y le susurra canciones de Mazapán a mi hermano muerto que no puede escucharla. Si me hubiera tenido que morir en algún momento de mi vida habría sido en ese preciso momento, afuera de esa iglesia a las 10 de la noche. Antes de irse mi mamá abre el ataúd para ver a mi hermano por última vez. Mi mamá lo mira, su cara desfigurada detiene el llanto infantil que me desespera. Mi mamá cierra rápidamente la cajita de madera que parece una gran cuna. Corre hacia nosotros con un llanto que la ahoga y no la deja hablar. Mi mamá se ríe y llora mientras intenta hablar. Se ríe de nerviosa. Tiene mucho miedo. Yo sólo quiero que se calle, gritarle que mi dolor entero suena como ella. Y cuando llegamos a la casa le pregunté que qué había visto. Le pregunté miles de veces, le pregunté para su cumpleaños, le pregunté la semana pasada. Y ella desviaba la mirada, me cambiaba de tema y no me contó nunca. Antes de ayer lo hablé con la Mary, mi amiga rubia de la infancia que tiene grandes ojos verdes y una capacidad extralimitada para hacerme feliz. Y hablamos de millones de cosas. Y hablamos de eso. Y le dije que si algún día llegaba a saber qué es lo que mi mamá había visto ese día se lo iba a contar. Pero resulta que ayer llegué a mi casa y le pregunté a la persona correcta. Y no era nada de lo que yo me imaginaba, mi hermano no abrió los ojos, no desapareció, no se puso a llorar, no la miró feo ni le susurró que era una pésima madre. Fue algo más simple, algo más real, algo que no se puede solucionar, algo que remarca la muerte con letras mayúsculas, un recordatorio infectado de un cuerpo sin vida. Y ayer, después de fingir normalidad me fui a la pieza y lloré toda la tarde. Y lloré hasta la noche y desperté a mi papá y seguí llorando mientras él me consolaba. Y me acordé de mis prostitutas ganas de ir a Fantasilandia que la Ale perdonó, me acordé de Kathrina vomitando en el Hyatt, de la Maca pasando por al frente de la iglesia, de la Vale llorando en el living mientras le salía mucha sangre de narices, de mi mamá poniendo un plato de más en la mesa, me acordé de la Mary que me dijo que la llamara por teléfono si es que sabía. Pero no llamé a nadie. Sólo llamé a mi papá, y lo desperté. 10 veces maldita sea mi buena memoria. Maldita ella, maldita sea. Maldita, maldita mi buena memoria. Malditos sean los buenos recuerdos, la nostalgia, la melancolía que se me chorrea por el pecho como leche materna, maldita la gente que no me merece, la gente que ya no recuerdo, malditos los suicidas que se comieron mi comida, malditas las gracias que no me diste, malditos los nuevos años en que no estarás presente, maldita las dos veces al año en que te echo de menos, malditos sean aquellos que quiero y que nunca estarán presentes para escucharme pronunciarlo. Maldita, maldita sea mi buena memoria.






Y hoy en la tarde desperté sobresaltada, con todo mi lado izquierdo bloqueado. Me senté en la cama y me dispuse a parir toda la pena que me quedaba coagulada muy adentro, entre medio de mis piernas. Luego miré por largo rato por la ventana. Y mientras un helicóptero pasaba sobre mi casa, el viento entró a mi pieza y ya no me sentí enferma. Y como no me sentí enferma sonreí con mis dientes bien lavados, y mientras mi pieza se inundaba con un agradable olor a menta, me paré feliz y fui hasta la esquina a comprarme un helado de leche con plátano.

























Hace Años:

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Thursday, January 11, 2007

Mi Joven Corazón Idiota

Por alguna extraña razón en un día como hoy recuerdo a la Naty Rubilar. Sus libros de biología cayéndose al pasar por mi lado frente al gimnasio, miles de chicles groso rodando por la mesa, nuestras increíbles ganas de juntarnos algún día a comer papas con queso. Recuerdo nuestra pelea frente a la sala de la seño Marisol donde las dos terminamos llorando, peleando por un hombre, por un hombre que la llamaba proserpina y que nunca más la volvió a llamar. Y sé que si ella estuviera aquí me rascaría los brazos y me haría dormir, no sin antes pedirme que le tradujera todas las canciones de Elvis Presley. Y yo lo haría con gusto.


Disculpa Mary, como explicarte que a ti te quiero también.


Yo un día le dije al Eder que si te roban es por algo, porque algo tuyo debes dejar en manos de otra persona. Porque hay que desprenderse de algo. De alguien. La gente a veces pesa, a veces se te incrustan en la garganta como espinas de pescado. A veces tiene que pasar tiempo para que uno se de cuenta si una ausencia es un alivio, o si esa ausencia es un dolor en la espalda que no te permite agacharte a recoger una moneda de 500. La gente molesta, la gente duele, la gente dura, la gente apesta, la gente sirve, la gente gruñe, la gente duerme, la gente es gente, la gente pisa, la gente miente, la gente siente, la gente por la chucha, la gente por la cresta. Hay personas que extraño que aún gritan garabatos en los estadios vacíos, que aún me devuelven las 5 lukas que me debían, que aún fuman las colillas de cigarros que se encuentran en la calle, que aún suben borrachos las escaleras de mi casa. Hay otro tipo de personas que me hace sentir miserable por pensar que ellos son unos miserables, por sentir que mi soledad se hace aún más verdadera cuando ellos andan cerca. Y esas ausencias no las lloro, y esas ausencias no las siento. La gente se escurre de mi vida mientras una canción de Elvis suena fuerte y yo recuerdo el verano del 94`. Ayer hablé con mi hermano Rodrigo que es mi persona favorita en el mundo entero. Este tipo es un insensible, un hombre frío que ha mandado al destierro a su madre, a su padre, a su hermano y a la mitad de Chile. Un hombre que no duda al momento de hacerte sentir inservible, desechable y completamente dispensable. Y así nadie pasa por encima de él. Y mágicamente mucha gente lo sigue y lo busca y sumisamente ruega su perfecta compañía. Y mientras caminamos hacia mi casa él me dice que no necesita a nadie mientras tenga sus dos piernas y sus dos brazos sanos. Pero nadie le manda regalos cuando es navidad. Y él me dice que no le importa, porque debe leer en mis ojos la indescriptible devoción que yo siento hacia él. Y yo lo quiero por cada una de las personas que lo detestan con justa razón. Tal vez él está en lo correcto, y sacar una metralleta y reventarle la cabeza a la gente imbécil es una buena decisión ante la rápida pérdida de paciencia que padecemos él y yo. Pero este mundo está lleno de gente imbécil que se merece la guillotina, y si yo siguiera mis impulsos probablemente sería una asesina en serie. Mi joven corazón idiota deambula por Santiago y se diseca bajo un calor que nadie aguanta, entre medio de gente que tampoco aguanta y escucha mentiras y se tapa los oídos bajo un calor que nadie aguanta. Mi joven corazón idiota se pone idiota ante tanto idiota que camina por las calles y no lo deja pasear.


Y si pudiera marcar algún número a estas horas de la noche llamaría a mi papá. Llamaría a Kathrina que me pone mensajes en msn. Llamaría a Valparaíso. Llamaría al Michael a Antofagasta para que nos riéramos de quien tiene el teléfono cortado. Definitivamente. Definitivamente llamaría a la Naty Rubilar.


Hoy fui a Fantasilandia. La diversión fatal. Fatales son las despedidas, las faltas, las carencias, los gritos terroríficos que se lanzan al conocerse. Una niña de aproximadamente 19 años me mira mientras hago la fila para un juego. Está acompañada de otra niña de su edad. Ella usa una polera rosada que parece de hombre, unos pantalones negros hasta la rodilla, una mochila verde claro, el pelo tomado, un reloj azul que también parece de hombre y una pulsera rancia y desgastada en su mano derecha. Una niña. Una niña que me parece bonita. La miro mientras finjo que escucho lo que me están diciendo. Tiene la nariz más linda que he visto en mi vida. Odio mi nariz. La odio. Me mira. La miro. Me mira. La miro. Disfruto el enrarecido hecho de hacer una cola que dura una hora. Me subo, me bajo, grito, me mojo. Mi estado de ánimo está bizarramente alegre. Voy a otro juego. Soy una imbécil. La busco. Ella va entrando donde estoy yo y queda atrás mío. Logro escuchar lo que habla. Ella es una niña que usa zapatillas blancas que no se le caen cuando se sube a juegos a los que yo no me subo porque me dan miedo. Pienso. Escucho a mi sobrina que tiene 11 años y que me aconseja como nadie. Creo que tiene razón, es tiempo que gritar Revolución mientras se jala del gatillo, es hora de romper los espinazos ajenos y salir arrancando sin esconderse en un baño. Tomo a dos niñas de la mano y me atrevo a subirme a un tenebroso juego al que no me habría atrevido a subir si este día no hubiera sido más tenebroso aún. Un joven con una polera roja en la que dice “Fantasilandia” me levanta del piso poco a poco. Mientras voy subiendo en un asiento amarillo me arrepiento y quiero llorar y me quiero bajar y me quiero matar. Mientras voy subiendo en un asiento amarillo veo abajo a la niña de polera rosada que me está mirando desde lejos. Me mira a los ojos y dulcemente, con sus gestos de la cara femeninamente masculinizados, me sonríe. Yo le sonrío desde lo alto y luego miro al frente. Todo Santiago se ve desde donde yo estoy. Una catedral, una torre, una cancha de fútbol, la cordillera y el sol que se esconde naranjo sobre la ciudad. En ese momento, con el terror de la mano y con el vértigo debajo de mis pies decido muchas cosas. Decido, me alegro, pienso, me brillan los ojos, me felicito. Decido que me gusta este día, que el maldito olvido a veces llega tarde pero llega, que la canción “Half-Gifts” de Cocteau Twins la llevaría en ese momento, que un hombre zurdo y hermoso deambula ahora mismo con su propio joven corazón idiota para que nos asesinemos mutuamente después de besarnos a escondidas, que al sacarse las espinas de pescado se vive mucho mejor, que a veces hay que llamar para pedirte que vuelvas, que a veces hay que caerse al vacío con dos niñas de la mano para sentir que se nos sale el estómago, vencer la cobardía que heredamos de nuestros afeminados padres, por fin tocar el suelo y respirar tranquila con una sonrisa en la boca y una niña mirándonos de frente. Una niña que no conocemos, que usa una polera rosada y unos pantalones negros. Una niña inquietantemente agradable, que se nos acerca con un papel en la mano para que una se sienta aún más niña que ella y salga arrancando con el papel en la mano horrorizada por como se hacen las cosas aquí en Santiago. Y salgo pensando en tantas cosas. Pienso en ella, en mi llamado telefónico en el cual amargamente ayer le rogaba su compañía. Pienso que aunque no me vuelva a hablar la quiero infinitamente. La quiero por tantas razones y hoy la extrañé con cada órgano maltrecho de mi mareado cuerpo. Y así, como el perro arrepentido, le pregunto al caballero del kiosco que cuanto valen esas cosas, él responde amablemente, y yo le compro una paleta a la Clau en honor a los buenos tiempos, y la guardo en caso de que un día de estos me vuelva a llamar.


Y llegué a mi casa y me di cuenta de que me habían robado. Sé exactamente lo que significa, pero aún así y sin poder aguantarme me puse a llorar.

Monday, January 01, 2007

The Freakest Happy new year

Ja Alska Dig

2006

27demarzo sillón rojo sala blanca Gigi de verde Esperanza chica que se chupa el dedo por eso no mostré mi gracia de clown
26demayo cumpleaños no soy nada al lado de él Pao Pao Salimos 5 AM Asalto en la bomba de bencina lo quiero tanto "Mientras No Tengamos Rostros" Funeral al otro día
4deagosto un mes después de tu mamá gritando en su pieza malas noticias Mi pieza oscura Tu depresión asquerosa suicidio suicidio que yo te ayude Pero te prometo que todo va a mejorar
11deseptiembre tu mamá no me quiere No hay luz Me sientas en tus piernas Me besas Me quieres Hablamos horas sin luz Toda la historia de Chile Dices que fue una hermosa velada A mi me da tanta risa que aún lo recuerdo
28deoctubre estación de metro Irarrazaval Camila Urbina Él Él Él Él Él Él todo oscuro buena música Microbio Te veo desde lejos sentada en la ventana
18dediciembre Sushi cantidades de sushi Como como enferma Tu Casa Sexo No, no sexo Loser, eres un loser CD de Mi primer regalo de navidad anticipado CD de Javiera Mena Esquemas Juveniles Yo sigo siendo una niña
27dediciembre Carlita Gonzalez Astudillo Almuerzo Metro Chiqui Potal Lyon Tintura Ropa Exposición Ja Guardia culiao Santa Lucía Parque Forestal Helado en el Emporio Chocolate y Rosa Manguera Grado 3 Chucre Manzur fotos Gonzalo Frías Fiesta de el viernes Fotos afuera del teatro Pizza Metro tu mamá emputecida
30dediciembre Backyardigans Esperanza Piscina Sol Ropa Mañana nuevo año Javiera Mena Insomnio Calor Verano Moda Estilo Tu estilo me espanta


5 Am. 4to piso de un departamento en La Reina. Olor a pito. Sudo y fermento olor a alcohol. A ratos no sé muy bien a donde estoy. Sólo sé que es el último lugar donde habría planeado pasar este año nuevo. Me siento en la cama azul que huele a joven rubio de clase alta que seguirá siendo de la clase alta cuando a mi el teatro me esté matando de hambre. Alguien tose en la pieza de al lado. Todo huele bien, su piso alfombrado, su televisión con cable, su cenicero con un pito recién apagado, su ropa de marca, y sus fotos perfectamente pegadas en la pared. Su sonrisa pepsodent, sus ojos claros, su extensión en la oreja, su pelo claro, su apellido extraño, su nombre Pablo y su cama azul. Su cama azul. Me lanzo a ella como si fuera una piscina. Mi boca entera huele a alcohol y a fruta verde. Cierro los ojos, recuerdo que me duelen los hombros y el pecho porque me los quemé con el sol, me duele la columna desde hace más de diez días y la cabeza me da vueltas y vueltas como si hubiera bebido cicuta hermana mía. Abro los ojos. Alguien me mira desde el velador. No me asusto. Es una foto de mi hermano Claudio en la que sale con un chaleco azul. Me mira. Lo miro. Le sonrío. Lo llamaría por teléfono si pudiera. Lo extraño y yo casi nunca extraño a nadie. Estoy a punto de decirle que feliz año nuevo, pero de pronto algo me interrumpe. Comienza a sonar una canción muy fuerte, parece una melodía africana. Miro a los pies de la cama, y ante mi pavorosa expresión de impresión veo a una guagua en pañales de aproximadamente 6 meses perfectamente parada en sus dos pies y baila efusivamente al ritmo de esta canción que no sé de dónde sale. Me toco los ojos. Así de borracha estoy. La guagua baila eufórica. De repente para de bailar. La música sigue. Me mira desafiante con sus pañales pampers. Estoy paralizada. Me llama con su mano derecha. Camino hacia ella. Me da un pequeño abrazo de año nuevo que dura aproximadamente 6 segundos. Nos soltamos. Vuelve a bailar. Sé que tengo dos opciones: o me tiro de la ventana o bailo con esta guagua calva que apareció de la nada. Decido entregarme. Bailo con ella como una loca. Me muevo como no me había movido en todo el año. Me río a carcajadas. Bailo y bailo mientras se me pasa el tiempo. De pronto la gugua se mete la mano al pañal y me entrega un papel en el que dice: "Pañal". Me mira y me dice que el baile se acabó. 7 Am. Me guardo en la cama azul como si fuera una carta, cansadísima y bañada en un sudor que huele a Mango Sour. Vuelvo a mirar la foto de mi hermano. Le digo que feliz año nuevo. Él me sonríe y sólo me dice que feliz. Cierro los ojos. Hace 6 años que no era así de feliz un feliz año nuevo. Lo sé. Gritaría. Vomitaría si pudiera. Cierro los ojos y me quedo profundamente dormida con la guagua abrazada, haciendo cucharita.






A d i v i n a
d o n d e


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Carlita me la tomó.
Kathrina la arregló.
La Mamita me dictó.

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