Friday, April 18, 2008

Asústame.

Carlota a las ocho de la mañana, carita soñolienta pero satisfecha. Carlota en el mercado de Avignon, ahí sonríes, sólo mira como sonríes. Y esta, Carlota en la motocicleta, debajo de un héroe guerrero de mármol. Esto no terminó.

La chica terremoto se desespera y no pertenece a ninguna parte. A ninguna casa, a ningún departamento, a ningún hombre, a ningún cuerpo, a ninguna female con sabores raros, a ninguna madre de cuento de terror.

Mejor pido hora al psicólogo.
Y me pongo a follar por horas como las perritas de las películas que tanto no me gustan. Y mi "virginidad" de putita se derrama por las sábanas de un hombre. Un solo hombre en todo Santiago. Y luego puedo correr por el metro y llorar y sentirme mal conmigo misma. O puedo caminar por el centro y reirme con angustia de sus mordiscos en mi cuello. De sus moretones en mis piernas. De su saliva en mis manos mientras le doy la mano a otro en algún cine santiaguino. Next. Puedo ser putita puerca por dejar de amar a alguien. O ser putita frígida por enamorarme finalmente y no poder chorrearme entre tus brazos como cualquier hombre quisiera.

O tal vez me resigno y me caso con Hola Preciosa. Y nos cambiamos de casa y vivimos "felices" hasta que la muerte nos separe. Y tedríamos hijos con tu vocecita que me carga y tu sensibilidad tan poco canalla que no funciona desde el comienzo de los tiempos. Y nuestra casa sería correcta como la voz del Mario, y yo no te dejaría ir porque no podría estar sola en un barrio tan lejano. Si, me voy a casar contigo. Te voy a llamar y te diré que me hice adicta a los perdedores porque los perdedores si que me quieren. Háceme un hijo que siempre voy a dejar con mi mami porque sería incapaz de quererlo. Y le pondría un nombre bien feo. Como el tuyo por ejemplo. Y a escondidas tendría un hijo con quien realmente me gusta. Yo no quiero morir en el parto. Mierda loser Paul, tú no puedes ser el amor de mi vida. Porque si lo fueras, entonces EN ESO CONSISTIRÍA LA MALA SUERTE.

Mejor vuelvo a pedir hora al psicólogo y le cuento mis problemas. Porque él si que me escucha, porque él si que piensa y es cool y fuma toneladas diarias de marihuana verde, verde, verde como mis latidos cardíacos que tanto te gusta morder.

Yo solita soy rechazada. Bien rechazada en la esquina de las piezas, y de las salas, y de debajo de las mesas.

Mejor vuelvo a pedir hora al psicólogo y le cuento mis problemas.

ASÚSTAME
(Pero de verdad. Con ganas y con tirones de pelo).

Todo es un fucking ensayo de obras clásicas que no se muestran en los festivales del otoño.

Tranquilos todos.
Soy la misma persona de todos los días que ya no quiere ser más llorona, y que lejos, lejos de casa no tiene a nadie que la acompañe a ver la mañana.

Llámenme y pónganme contenta.

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