Thursday, December 28, 2006

Osea... que todo se acabó.

A mi hermano el otro día le dio hambre en la noche. Bajó y se sirvió un plato violentamente repleto de papas con mayonesa. Cuando subió a su pieza comenzó a comer mientras veía tele. Lo más extraño fue que sólo comió un par de papas y ya no quiso más. Él lo iba a dejar en el suelo, pero la Claudinga se lo quitó y le dijo que ella mejor lo dejaba en el piso, a su lado de la cama. Y así lo hizo.

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Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
Radiohead – Fake Plastic Trees

Últimamente la gente tiene fondo. Últimamente la gente tiene límites grotescos. Alguien aparece un día, te sonríe y se moja los labios, puede mantener una conversación de horas contigo, te gusta, te llama la atención, te seduce como si fuera un comercial de coca cola, te calienta, te parece interesante, te confunde, te debilita, te chupa todo el tiempo de tu miserable vida. Pero de pronto, sin que nadie se lo espere, viene la nada. La persona muestra su vanalidad, su risa ridícula, su egolatría repugnante, sus pocas ganas de leer, sus constantes prejuicios, sus faltas de ortografía, su falta de paciencia, su incapacidad de ser sociable, su normalidad, sus mentiras, su aparente “profundidad” donde en realidad sólo hay malos grupos musicales y discursos emotivos sacados de las canciones de Britney Spears. La normalidad te va matando, que la persona no esté construida de detalles, que lea lo que todo el mundo lee, que coma como todos comen, que se vista como todos se visten, que piense como tantas otras personas que se han sentado en nuestro living a comentar SQP. Ya nadie quiere salvar al mundo, nadie sorprende a nadie, nadie se atreve a decir la verdad. Nadie hace nada que sea digno de contárselo a la Clau.

La normalidad te va matando y yo me voy muriendo de pena entre la normalidad de tus brazos.

Nadie. Nadie vuelve del norte. Nadie. Nadie vuelve del sur.

Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
The White Stripes – Dead Leaves And The Dirty Ground

Yo no conozco el sur. Él se corre el pelo de los ojos para ver mejor, se pone un chaleco para que no le de frío y escucha algún grupo rockero para pasar el tiempo. Él no viene a Santiago y parece un personaje de cuento. Él es un punky sureño que no tiene padre, que espera que todos los demás se sienten antes de empezar a comer. Para verlo, para saludarlo de beso, para oler su olor a alcohol, para escucharlo cantar con su pésima voz, para encontrarme por sorpresa con su horrible ortografía, para verlo y sentir que es el punky sureño sin padre más hermoso que he visto en mi vida, tengo que ir a comprar algún pasaje que me lleve al sur, bajarme en su casa y tocar su puerta. Sentir frío en alguna parte de la región de los lagos, ponerme un chaleco y pintarme los labios rojos para que combinen con la sangre de sus rodillas que se ven a través de su pantalón roto. Le preguntaré si me puedo quedar en su casa algunos años de mi vida, porque quiero olvidarme de la normalidad y los malos recuerdos que fermenta Santiago. Él se correrá el pelo de los ojos para ver mejor, me dará una taza de leche con chocolate caliente, y me abrazará indebidamente porque seré lo más anormal que él habrá visto en su corta y punky vida que, recién y de a poco, se está poniendo de acuerdo con la mía.

Pero ahora estoy en Santiago. Y yo no conozco el sur.

No conozco muchas cosas, y entre ellas, tampoco conozco el norte.

Y si quiere escuchar algo mientras lee esto:
Nino Bravo - Mi Gran Amor

Si pudiera recordar algo de ti.
La primera vez que noté tu presencia estaba sentada en el suelo, levanté mi mirada y me encontré con la tuya que estaba perturbadoramente fija en mí. Me preguntaste si conocía a algunos de los dramaturgos que salían escritos en la hoja. Yo te respondí que a casi ninguno. Te reíste. Me dijiste que tú tampoco conocías a muchos. Nos reímos.

Si tuviera que contar algo de ti.
El niño que me gustaba después de mucho tiempo sin que un niño me gustara. Un niño del norte que se vestía pésimo y que cantaba peor, que me pagaba la entrada al teatro y me abrazaba en la mitad de la obra y luego llamaba a mi casa para ver como había llegado. Un niño raquítico y de grandes ojos claros que olía pésimo después de un par de días sin bañarse, que tenía un nombre horrible que no quiero pronunciar, que cantaba a Nino Bravo en las salas de clase como si yo no estuviera ahí, que me abandonó tantas veces en un solo año. Un niño del norte que comencé a odiar cuando me intentaba besar en las esquinas y luego no me saludaba, que comenzó a juntarse con las perras en celo de mi curso, que me dijo un día en el casino que nunca trabajaría conmigo porque era muy floja, que me dijo que mi ironía lo tenía aburrido. Aburrido. Un efebo nortino detestable que me decepcionó de la gente como él y como yo. Porque al final todo era un gran montaje, y yo no era como él y él no era como yo. Y perdí toda mi esperanza en la gente de regiones. Me concentré en la gente Satiaguina. Y me olvidé de él. Me olvidé de sus buenos modales y de que si se tuviera que cambiar el nombre se pondría Martín. Hasta que un día martes alguien de Santiago me rompió el corazón, no sin antes comérselo y vomitarlo, darle la mitad a los perros y luego hacer fritos con lo que quedaba y echarlos en panes con palta para ir a dárselo a los pobres para así caerle bien al Padre Hurtado (Que lo canonizaron). Y ese día llegué envenenada y atropellada a clase de voz. Teníamos que recitarnos una canción. Antes de que me diera cuenta él estaba frente a mí, como si no nos hubiéramos visto en meses. Lo miré, ni siquiera escuché lo que me estaba diciendo. Noté que no era el mismo chico que a principio de año había encontrado parecido al hermano de la Carlita (Jhon). Le dije que al final había tenido razón en todas las maldiciones que me había tirado un día en clases de actuación. Nos separamos. Nunca me preguntó nada, como si hubiera sabido de lo que yo estaba hablando. Me cayó bien. Después de todo, se seguía llamando igual y le seguían sudando las manos igual que a mi.
Me eres tan extrañamente familiar, como una cucaracha que camina en medio de mi plato de comida, eres como un sicópata americano esquizofrénico que tiene nombre de monito animado homosexual. Él es tan serio y yo parezco una mosca que vuela a su alrededor haciéndole todo tipo de preguntas intrascendentes y que él contesta sin ganas sólo para darme en el gusto. Que como se llama su mamá, que como se llama su papá, que por qué se llama así y que si él cree que yo soy inteligente. Él tiene sonido de playa y huele a menta. Su olor a menta me llena los pulmones cuando se me acerca. A veces sueño que me atropella un gran camión rojo y yo quedo tendida debajo. No puedo respirar y entonces aparece él con su olor a menta. Me hace un agujero en la garganta con un cuchillo y yo sangro mucho, él succiona mi sangre con una bombilla para tomar bebida y luego la escupe en el suelo. Su cara está borrosa, pero yo creo que es él, porque él huele a menta cuando yo no puedo respirar.

La última vez que te vi tenías el pelo más corto y los ojos un poco más amarillos. Estabas en una esquina, tal vez peleando con tu pequeña polola, con una polera negra y apoyado en la pared. Te vi de lejos. Te despediste de mí con la mano, no recuerdo si con la derecha o con la izquierda, y yo te sonreí falsamente. Preparadamente.

Si alguna vez usted va caminando por la segunda región y se topa con él, pídale que le haga sonar los huesitos de la espalda. Es fácil reconocerlo, yo nunca había visto a nadie como él. Es tan placenteramente anormal, que le darán ganas de subirse a una nube a pelar millones de cebollas para llorar tanto que llovería, y él se pondría feliz.



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En la noche, la Claudia dio vuelta a la niña y la Chiquitinga se cayó de la cama. Se habría pegado en toda la nuca contra el suelo, pero el plato con la gran montaña de ensalada de papas con mayonesa amortiguó la caída, y la Esperanza pegó un grito. Cuando la vieron tenía la cabeza llena de mayonesa y ni siquiera lloró.

Porque los caminos de Dios son misteriosos y absurdos.

<:

Anonymous Anonymous said...

Hola Carlita!!!!

de verdad muchas gracias x tu post :D ya lo vi y estaba bello!!!

ya po' ATENTA!!!!
xq en cualquier momento sonara e telefono y sere yo :D

te quiero mucho!!!

y que este año que viene
sea exelente para ti en todo!!!

cuidate mucho


chauuuu


Marita!!!

December 29, 2006 8:38 AM  
Anonymous Anonymous said...

mmm me senti aludida T_T por que vengo de las pampas o_< y por lo del punky, X_X conosco la encarnación de esas historias, la atraccion de las condecoraciones de mocos que se dejan los verdaderos punkys en la ropa que hace tres meses o quizar mucho más no lavan. Por que tengo adenoide y confundí ese olor con el del celo, y ahí cague. Entonces un día quie estabamos tomandanos unas latas de cerveza en la tumbra del pìrata dreake, en ese sementerio en arika dond enos gustaba ir a hacer competencia de chanchos...
hice sinapsis, de que su historia encarnaba la cancion de los ramones, que la atracción sobre un paria puede traerte lepra a la cocholita (se entiende?)

asi que ahaí! y aqui estoy devuelta O_O


te quiero amiga de la infanciastud!

La muejrzuela, macarenoska cornejoski

December 29, 2006 7:09 PM  
Anonymous Anonymous said...

me encanto lo de las papas con mayo..yyo pensaba q l mayo era lo peor..ahora pienso que puedo salvar vidas

December 30, 2006 8:46 AM  
Anonymous Anonymous said...

Puta Carlita que escribe lindo.

Lo leí todito y me encantó tanto que te robé un parrafo.

December 30, 2006 8:37 PM  

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