Friday, October 05, 2007

"Not To Morirse"

Not To Morirse.

Mi horóscopo decía que hoy sería un buen día.
Me levanté, me alisé el pelo, me puse mi vestido negro de parvularia, me pinté los ojos, las mejillas y con mis enormes aros blancos como de española salí de mi casa a las 10 de la mañana, cuando un Santiago nublado me recibía en la puerta. Pasé con mi pase quebrado en la “entre medias” y bajé rápido la escalera para alcanzar el segundo vagón donde se había subido un efebo que llama mi atención. Y lo miro todo el rato. A su lado, escuchando canciones ochenteras fletas de esas que al Eder le encantaría estar bailando en este preciso momento. Y me bajo en Baquedano y luego él me sigue. No aguanto la mirada, me sonríe, le sonrío. Se baja en República, quito la vista y vuelvo a pensar en mi horóscopo. Porque mi horóscopo decía que hoy día sería un buen día.

Una niña, que vivía hace muchos años al frente de mi casa, se llamaba Carolina y nos hicimos amigas a los 9 años en un concierto de La Ley donde ambas descubrimos que amábamos ciegamente al gay encubierto de Beto Cuevas. De ella sólo recuerdo que cantaba pésimo, le gustaba Bon Jovi y que un día me obligó a tocar un mueble café de fierro que había en mi pieza. Un mueble que yo no había sido capaz de tocar en casi dos años por miedo a que tuviera hongos y yo muriera ipso facto lo tocara. Me tomó la mano y la puso en plena mancha blanca de quien sabe qué cosa. Yo me puse a llorar y me lavé las manos con un frasco entero de alcohol. Lo más dramático de toda esa farsa, era que no eran realmente hongos. Y si lo eran, eran hongos amigos que no me mataron. La Carola después no fue más mi amiga porque me pelaba con la ordinaria de la Marcela de al frente. La misma que a la edad de 5 años me tiró a mi pequeña piscina “tiburoncito” para demostrarme que no moriría ahogada. Tal como me retó la Paola en la playa por hacer show y me obligó a quedarme inmóvil para demostrarme que las abejas no me iban a picar si no les hacía nada. Como cuando mi hermano me obligó a entrar a un negocio a comprar sola cuando me dio terror. Terror, angustia, miedo, siniestro. Porque cuando a una le da terror es como si la violaran. Porque el terror significa cuando pasa algo que jamás te imaginabas que sucedería. La casa quemada, el terremoto, la guagua, el Astianax. La mentira. Y entonces, como ya te pasó, más adelante vives teniendo miedo de eso que ya pasó. Porque puede volver a pasar. Y el terror te da miedo crónico. Miedo crónico con metástasis a la médula misma de la taquicardia. Miedo al paro, a la nada, al cortocircuito, al olvido, a no alcanzar a hacer ninguna de esas idio-teces que se me dan las ganas de hacer. Tantas ganas. Y hoy, sin miedo a los hongos ni a las pisicinas infantiles, dentro de una siniestra nube de aire enrarecido, pensé, aterrada, que me iba a morir. Casi a las 11 de la noche en punto como cuando se muere la gente. Hago pipí apurada para que no se me vaya el metro, tomo un sorbo de agua, me miro de reojo al espejo, salgo, bajó un escalón con el pie derecho, me despido de la Lechu, corro dos pasos, veo al Eder salir del baño corriendo para no quedarse sin micro y entonces sucede. Dentro de mi pecho, en mis oídos y las piernas. El corazón se nubla, me golpea el pecho para salir corriendo del lugar, me tira hacia abajo, desaparece, me abandona. Mis oídos se tapan, sólo escucho mi respiración de pecho cerrado, mi miedo, mi humanidad simple. Común. Mis piernas se van también. Como cuando una noche estaba tan nerviosa que se me durmieron y no despertaron hasta dos horas después. Mi cuerpo subió de temperatura como si me fuera a dar CHE (Combustión de hermanos en Europa) y la adrenalina de mi sobre excitado cuerpo sin caderitas, me bombea la sangra con una velocidad cinematográfica. Y dejo de escuchar a los demás. No escucho a la gente, me olvido del metro, de la noche, del frío. Le digo que me suelte pero no quiero que me deje sola. Podría morirme por imbécil, por drogadicta, por reírme muy fuerte, por ser histérica y demente, hipocondríaca y bipolar, por ser antipática y por pedirle que me suelte, que no me toque, que se vayan, que se queden, porque si se quedan entonces todo se va a solucionar. Nada de hospitales, yo no me muero, me cargan sus olores a sangre y a suero. Me arrodillo, que imbécil, me desespero, mi corazón desorbitado late en mi pecho caliente y cobarde incapaz de calmarse. Me pongo a llorar, porque aunque esté la Lechuga, qué puede hacer ella, sacarme el corazón y ponerme el suyo que le robaron o cantarme la Ruleta Rusa o decirme que el buen Sales me llamará a mi celular para ver como estoy. Y me ilusiona con que veré que dice “Sales o no sales? Calling”. Y yo me pondré feliz. Y pienso en todo. En Pucón, en mi mamá, en Rodrigo, en mi papá y sus vasos de leche, en él, claro, en ella, obvio, en la Clau, en Chiqui, en la Javi. En las canciones, en mis trabajos, en Las Troyanas, en Elvis, en Angélica, en el sicópata del Pin Pon, en el primer día de clases, en mi título, en Lola, en la Feña, en el niño del metro, en el miembro, en Vincent Gallo, en que me aferraría a un poste como dijo el Eder en su no-sano juicio. En los Visnus, en el Eder que está al lado mío y no sabe qué hacer. Nos venimos en el metro, yo casi no hablo. Le digo pura mierda. Quiero decirle otras cosas. Quiero abrazarlo y decirle que lo quiero y que me calma más que el armonyl. Quiero abrazarlo pero no lo toco y él no me habla porque debe pensar que soy una loca enferma. Y cuando nos despedimos me abraza y yo lo abrazaría más rato como en las películas para llorar como Laurita que al mismo tiempo es sus hermanos mongos sin corazón. Tengo mucho sueño, me iría a tu casa, a la cordillera a ver la tele por cable y a tomar agua de tu llave. Me duele un poco la cabeza y necesito a mi madre que a diferencia de la tuya no es señora de Fife. Y me vengo en el metro, en el último que queda, pensando todo el camino cosas que ya no puedo escribir porque se me cierran los ojos de sueño y cansancio.

Not to Morirse.

Últimamente, la mayoría de los horóscopos no le achuntan a nada.
O tal vez si pero no me doy cuenta.

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Anonymous Anonymous said...

ay que terrible, no entiendo, me tienes que explicar, ayer yo me sentia mal me dolia la guata desde la madrugada,sali de la universidad a las nueve de la noche, tan cansada que apenas me podia mi mochila que pesaba una tonelada y la pila de palos con corte chaflan de 1.70 m que tenia que llevarme para armar mis telas, sali rapidamente y llegue a la avenida y hay disparos y bombas y me pongo triste porque no hay micros ,me siento mal, super mal, y me da miedo que me asalten porque llevaba en mi mochila el pago de mi tarjeta ripley que ya estaba atrasado muchos dias y tambièn mi camara de video y la digital, un excelente robo resultaria, fui corriendo a grecia, asustada, mientras la parejita del año que me cae super bien iban tan felices que no notaban mi angustia, ellos son buenos, gente buena, y si vivieran donde yo, les pediria que me acompañaran. tome una decidion ràpida (como dice mi ayudante) y me fui donde el leo, llegue casi muriendo y cai como bosta sobre la cama, luego mientras trataba de descansar una polilla del porte tuyo entro a la pieza y yo grite y salte y me tape y me puse a llorar, (yo creia que ese miedo lo habia superado) y me acorde de ti , de la serena y de la chasquilla de mi papa y entre llanto y carcajadas el leo incinerò a la polilla, y luego yo pensaba que ridiculo tenerle miedo a las polillas, por lo menos a las arañas como tù tiene mas lògica.



oye como esta chiqui?

no te encuentro por ningun lado, te busco en cada recoveco de la internet y no te encuentro, ubicame para vernos pos.



ps:la javi nos invito a su casa en la noche

October 06, 2007 12:25 PM  
Anonymous Anonymous said...

oooooo medi post

October 06, 2007 12:25 PM  
Anonymous Anonymous said...

Pa' dentro. Qued� just pa'dentro. No sab�a qu� hacer, lo �nico que ten�a claro era que ibas a vivir siglos, lo pre-vi, c�mo Casandra; pero no lo dije, porque tem�a que nadie me creyera. A Casandra nadie le cre�a. Te miraba, me preguntaba qu� estabas pensando; me odiar� creer� que soy un inutil por no sanarla? por no poder hacerle nada a su coraz�n? qu� chucha tienen los doctores que no cachan esto?
"Estaci�n Salvador" dijo la mina. Me bajo o no me bajo? corro y me la topo en Baquedano y la acompa�o hasta que se me ocurra algo. Muy tarde. Ya estaba en Escuela Militar. La 406 me dejo a las finales de Las Condes y a un l�nea de Lo Barnechea. Hice dedo, me lo merec�a. Te llam� contestaste y uffffffff respir�. Me duch� y dorm�. Despert� fui al ba�o y me mire en el espejo, me ve�a lindo, rara vez uno se despeirta lindo; con el peinado hecho, sin ojeras y sin sue�o. Pero ten�a el pecho apretado y no te lo cont� cuando me preguntaste si me pasaba algo. S� me pasaba. Me sent�a inutil, flojo e irresponsable, quer�a hacer todo bien y no pod�a, como los personajes de Chejov. Me baj� la angustia colectiva por dar jugo en el ensayo de danza y en movimiento. Quiero hacer algo filete.
Despu�s de leer tu blog y estar a un linea de llorar, me sent� feliz y pens� s�;: dem�s se saca algo de aqu� pa movimiento o danza.



Cr�eme. No soy como Casandra.

October 06, 2007 6:08 PM  

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